domingo, 6 de mayo de 2007

"La familia de mi marido", nota en revista Mía (5/4/07)

¡Ay, la familia de mi marido!

Cientos de películas se han inspirado en los problemas de suegras y nueras, de cuñados problemáticos y de la parentela que trae nuestra media naranja consigo al altar. Claro que no siempre es para risa sino para poner los pelos de punta. Reflexiones y consejos.


Si alguien le hubiera dicho hace ya unos cuantos años, que su suegra -aquella mujer que parecía ser tan dulce y buena y que ¡afortunadamente! casi no se metía en su vida- iba a mutar a una máquina de críticas y comentarios negativos hacia usted apenas naciera su primer hijo, ¿usted se hubiera casado con su marido de todos modos?
¿Y de haber sabido que ese suegro tan simpático y conversador era en realidad un adicto al juego que permanentemente pondría en riesgo la economía familiar, inclusive la suya propia, usted no hubiera preferido correr unos cien metros llanos en retirada?
Si bien ambos ejemplos son exagerados, lo cierto es que muchas mujeres sufren cotidianamente, a veces durante años, las consecuencias de diversas conductas dañinas -o directamente patológicas- de la familia de origen de su marido sin saber bien qué hacer o cómo enfrentarse a estos problemas de una manera que no lastime a su pareja, pero que tampoco enferme a su propia familia.

Todo cambia…menos él
“En realidad, cuando se mete la familia del otro es porque alguien está dejando que se meta y frecuentemente esto tiene que ver con una dependencia emocional del hijo o de la hija que no ha cortado el cordón con sus padres. Esto es muy frecuente en parejas jóvenes, que pasan de vivir en la casa de los padres a vivir juntos”, explica la psicóloga y psicoanalista Eva Rotenberg, directora de la Escuela para Padres.
Antes de ahondar en el tema, hay un factor importante a tener en cuenta: en los primeros tiempos de una pareja, suelen dejarse de lado los defectos del otro y se potencian sus virtudes, acaso en un deseo inconsciente de que esos problemas, esos “pequeños defectos”, puedan ser corregidos por uno a lo largo del tiempo, lo cual, obviamente, nunca ocurre. Esa es la época del enamoramiento que el mismo Sigmund Freud, el padre y creador del psicoanálisis, definió como una época de “locura temporal” donde cada uno ve en el otro sólo lo que quiere ver. Y es ahí, en esa etapa, donde se puede creer, equivocadamente, que al formar una pareja, sólo se está eligiendo al cónyuge, cuando en realidad esa persona viene acompañada de su familia de origen.
Si bien en una primera etapa, los problemas pueden pasar más o menos desapercibidos, muchas veces se agravan ante el nacimiento del primer hijo, que a su vez implica un reingreso de los padres de ambos integrantes del matrimonio al entorno familiar, esta vez en su nuevo rol de abuelos. “Ahí el problema se hace más notorio y las abuelas pueden empezar a competir por el cariño de sus nietos o a opinar sobre qué tipo de educación es la mejor para ellos,” dice Rotenberg. Cuando las críticas sobre su propio rol de madre recrudecen, esa flamante mamá comienza a sentirse desvalorizada, a dudar de si misma, de su propia capacidad maternal e inclusive en los casos más graves, la familia del marido y el marido mismo comienzan a absorber a ese nuevo hijo y a quitarle autoridad a ella. “Esos casos son terribles. Hay casos de depresión post parto que en realidad tienen que ver con que la familia del marido se apropió del bebé y en los casos más graves, una mamá hasta puede intentar suicidarse”, alerta la psicóloga.

Testimonios
Para Mariana -37 años, profesional, casada y madre de tres hijas- la familia de su marido no le implicaba mayores inconvenientes hasta que un día su suegro le pidió que le saliera de garante de un crédito. Ella aceptó, pero un par de meses más tarde se encontró con que tenía su sueldo embargado porque su suegro había dejado de pagar el préstamo.
Por su parte, a Andrea -38, docente, casada, un hijo- le molesta que la familia de su marido hace mucha diferencia entre su hijo, de un año y medio, y el hijo de su nuera que nació apenas un par de meses antes. “A mi hijo no lo vienen a ver nunca y a su sobrino lo ven casi todos los días. Mi marido se pone re-mal con todo esto”.

El factor suegra
Un factor que suele incidir en la mala predisposición de la suegra hacia la nuera, es que la primera no tenga un proyecto de vida propio, por lo cual durante años, su hijo le sirvió para tapar esas carencias, para sentirse valorada y hasta para ocultar las dificultades de su propio matrimonio. Todo esto cambia, cuando el hijo le es “arrebatado por otra mujer”, que es como este tipo de mujer se siente cuando ese hijo se casa o inicia una convivencia y es ahí donde puede empezar a sentir celos de su nuera y empezar a competir con ella.
Una reciente nota del periódico The Observer daba cuenta de que en Italia, cada vez son más las parejas -3 de cada 10- que se divorcian por la excesiva presencia de las suegras que hasta comparten techo con la nueva pareja a veces por problemas económicos y en otras ocasiones también por la falta de proyecto propio, ante lo cual esperan que ese hijo al cual dedicaron la vida, se lo retribuya de igual manera. Otras suegras-y suegros- se niegan a aceptar el paso del tiempo e impiden que su hijo arme su propio proyecto de vida. Hay que tener en cuenta que cuanta más dependencia tenga un hombre con su madre, seguramente va a buscar a una mujer más dominante que le permita salir de ese vínculo asfixiante. Es decir, en lugar de resolver eso por si mismo, se busca una mujer de mucho carácter para que ella haga el “trabajo sucio” y se enfrente con esa madre demasiado absorbente. Algo que, como se sabe, suele fracasar.

Consejos sanos
Pero a no desesperar, que, como dice el dicho, no está muerto quien pelea. Para prevenir todos estos problemas, o por lo menos para intentar poner parches en las situaciones que ya están instaladas, hay varias cosas que se pueden hacer.
“Lo principal –dice Rotenberg- es que la pareja entienda que lo más importante es cuidar su vínculo. Tienen que entender que, por más que los padres los quieran mucho, nunca van a poder cambiar su forma de ser”. Por su parte, a la mujer que padece este tipo de situaciones, se le sugiere arreglar las cosas con su marido “y nunca tratar de enseñarle nada a su suegra. De nada sirve tener un enfrentamiento frontal con ella. Si la situación con la familia política se torna intolerable, que el marido vaya a visitar a su madre, pero que no interfiera con su propia vida familiar. Nunca debe permitir que la desvaloricen y menos frente a sus hijos”.
Por último, un par de sugerencias para los suegros/as. “Lo importante es sumar y no poner palos en la rueda, porque sino las situaciones van a empeorar y cuando se quieran acordar, van a tener toda la familia en contra –alerta la licenciada-. Inclusive aunque su hijo se divorcie, cuando sus propios nietos crezcan van a tenerle bronca a esos abuelos que molestaron a sus padres. Una suegra no tiene que competir con su nuera y no limitarse a colaborar en lo que ella quiera, sino en lo que realmente necesita su nuera. En lo personal, conozco muchos casos muy buenos donde realmente la suegra y la nuera se quieren, se ayudan y se respetan. Son vínculos muy constructivos, donde todas las partes salen beneficiadas, en particular los chicos, que suelen ser los que más sufren cuando se da el caso contrario”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interante esta nota, me encantó! Gracias

Anónimo dijo...

muy interesante,ahy cosas muy ciertas en todo esto
y como nueras siempre es muy importante poner limites para la suegra , por que quisieran cambiar totalmente a su semejanza

Anónimo dijo...

Muy buena la nota, xro¿ cómo se sobrelleva una situación donde es la nuera que impide a su pareja visitar a su propia madre? Existe este tipo de hombres psicológicamente oprimidos y desvalorizados, manipulados y despersonalizados por su mujer, que someten a sus imposiciones al hombre que a su vez acepta esta situación como normal. Personalmente considero que es una relación tóxica esa, de parte de la mujer (virilizada) que impone y del hombre ( feminizado) que se somete. ¿Cómo debe actuar la suegra de una nuera asi? y sobre todo cuando hay un nieto en el medio al cual no puede ver