lunes, 30 de julio de 2007

8 de agosto: PRESENTACION DEL LIBRO "HIJOS DIFICILES PADRES DESORIENTADOS. PADRES DIFICILES HIJOS DESORIENTADOS" EN LA BOUTIQUE DEL LIBRO, SAN ISIDRO


Nota en La Nación sobre el libro "Hijos difíciles- Padres desorientados. Padres difíciles- Hijos desorientados"

La Nación
Suplemento Cultura

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HIJOS DIFICILES, PADRES DESORIENTADOS. PADRES DIFICILES, HIJOS DESORIENTADOS
Por Eva Rotenberg-(Lugar)-286 páginas-($ 36)

Domingo 22 de julio de 2007 Publicado en la Edición impresa

Hijos difíciles-padres desorientados. Padres difíciles-padres desorientados , de Eva Rotenberg, revela los años de experiencia clínica e investigación teórica de la autora, además de una amplia formación en los Grupos de Psicoanálisis Multifamiliar, creados por el doctor Jorge García Badaracco, y en su Escuela para Padres.

Uno de los objetivos de la obra es "poder establecer relaciones que sirvan para que las personas puedan utilizarlas para sí mismas y no como poderes rectificadores y controladores". La idea es que este libro les permita pensar en sí mismos en relación a los otros, y pueda servir también para desarrollar la "virtualidad sana" de cada lector.

Eva Rotenberg reconoce los aportes de Frida Fromm-Reichmann, que en 1948 describió a las madres esquizo-frenógenas, agresivas, dominantes, inseguras y rechazantes, y por contraste a los padres ausentes e inadecuados que enferman a sus hijos. Todos estos aportes al psicoanálisis con las familias, que comenzaron en la década del 50 -con Pichon-Rivière, Margaret Mahler, Anna Freud, entre otros -, pueden considerarse aspectos parciales, como si la familia no constituyera una totalidad.

Aunque Rotenberg señala que estas teorías fueron muy revolucionarias en los años 50 y 60, porque pusieron el acento en la dinámica vincular entre las relaciones familiares, fue recién a partir de su asistencia a los Grupos de Psicoanálisis Multifamiliar, y a su encuentro con García Badaracco, que pudo ver en vivo y en directo la dinámica familiar patógena. Vio también cómo madres aparentemente "encantadoras" enfermaban a sus hijos. Para su sorpresa descubrió que estos padres sufrían mucho y realmente no sabían cómo ayudar a sus hijos.

La autora añade que no podía entender cómo se sometía a los niños a largos años de terapia sin trabajar con los padres. Trabajar únicamente con los hijos resultó una tarea dolorosa, pues, a medida que éstos iban cambiando, se iban dando cuenta de que sus padres no realizaban el mismo cambio. Es más, sentían que si cambiaban corrían el riesgo de ser rechazados por su propia familia. Quedaban así atrapados en un círculo vicioso. Todo esto la llevó a crear una Escuela para Padres. A partir del Psicoanálisis Multifamiliar permitió que estos padres pudieran sentirse acompañados en ese proceso y pudieran también pasar por experiencias enriquecedoras y gratificantes, simultáneamente con sus hijos.

El texto transmite sus ideas de manera eficaz. Despierta vivencias, y resulta terapéutico, porque uno va descubriendo lo que hizo y no hizo con sus propios hijos, y lo que hicieron y no hicieron nuestros padres , con las mejoras intenciones, con nosotros.

El libro, a través de relatos vivenciales, permitirá a muchos lectores abrir espacios mentales para que los padres puedan descubrir por sí mismos las dificultades que tienen o han tenido. Como dice Rotenberg, los padres pueden darle consejos a sus hijos, pero si no les transmiten la alegría de vivir, y no dan el espacio para que ellos lo experimenten, las palabras pierdan sentido.

El índice de este libro es pormenorizado y no deja nada afuera: qué significa tener un hijo; la función de los abuelos, de la familia; la construcción de la mente del niño, el llanto, las pataletas, los miedos, la angustia de la separación, el significado de los límites.

La autora parte del hecho de que las interdependencias recíprocas comienzan desde antes del nacimiento mismo. Hasta hace poco se pensaba que el bebe era "completamente pasivo y que funcionaba a nivel biológico sin estar conectado por el medio". Actualmente se considera a la madre y al bebe como una díada en la cual ambos interactúan influyendo activamente uno sobre otro. La autora dice, por ejemplo, que la mirada de los padres sobre el hijo tiene un poder muy fuerte sobre éste e influirá como una "marca" en el modo que podrá "mirarse a sí mismo". Aporta una observación fundamental que, en cierto modo, vale para toda la vida. Se sabe que los pacientes mentales que sufren mucho se sienten muy pertubados por ser mirados como "enfermos" o como "locos" por sus padres.

El libro propone comprender y acompañar a los padres en el crecimiento y asistencia de su hijo. Sostiene que en el momento de separación del hijo, vivido con más angustias y dificultades por los padres de lo que parece, se puede descubrir que ser autónomo no equivale a ser egoísta, que en este enfoque simultáneo de ayudar a padres e hijos, los padres también van a ir desarrollando recursos propios para sentir la angustia de separación, no como una muerte, sino como un proceso que tiene que darse naturalmente.

María Elisa Mitre

lunes, 2 de julio de 2007

Fotos (2) de la presentación del libro de Eva Rotenberg en la APA


De izq. a der.: Lic. Noemí Lustgarten de Canteros, Lic. María Elisa Mitre y Lic. Eva Rotenberg.



Luego de la presentación, hubo tiempo para hacer un brindis...


Y comer unos calentitos.


Fotos de la presentación del libro de Eva Rotenberg en la APA


De izq a der.: Lic. María Elisa Mitre, Doctor Jorge García Badaracco, Lic. Eva Rotenberg y Lic. Noemí Lustgarten de Canteros en la presentación del libro "Hijos difíciles Padres desorientados. Padres difíciles Hijos desorientados" realizada en la Asociación Psicoanalítica Argentina, el 13 de junio de 2007.


Luego de la presentación, varios de los asistentes se acercaron a saludar y felicitar a Eva.

domingo, 1 de julio de 2007

El rol de los abuelos (Nota del periódico "La Cita")

Nota publicada en el periódico "La Cita" que se distribuye en las sucursales de los Bancos Banex y Supervielle de todo el país. Fecha de publicación: Mayo de 2007.


El rol de los abuelos

Escribe la Licenciada Eva Rotenberg *


Los abuelos son las raíces de los vínculos y los verdaderos transmisores de los valores familiares. Cuando los abuelos faltan o no cumplen su rol de abuelos, la sensación de pérdida y desamparo que sienten los padres llega inclusive hasta los nietos.
Ser abuelo es tener una segunda oportunidad en la vida. Como padres se han tenido responsabilidades y quizá, miedos. Los abuelos no tienen la exigencia interna de criar a los niños con herramientas para la vida, entonces se pueden relajar y ser menos severos.
Pero ante distintas circunstancias de la vida, los vínculos familiares se alteran y no son aquellos que se hubiera querido tener con hijos y nietos. En ese contexto, suelen aparecer distorsiones en el rol de los abuelos:
* Cuando se sienten desvalorizados porque piensan que, por algún motivo, “han fallado” y no se autorizan internamente a si mismos. Es decir, quizá no van a visitar a sus nietos para "no molestar" a los hijos/nuera/yerno sin darse cuenta de que, aunque estén peleados, ellos los precisan en el rol de abuelos.
* Cuando en lugar de ayudar y disfrutar a los nietos, descalifican a su hijo, hija o nuera y se sienten más aptos para educar a los niños que los propios padres. Entonces entran en una competencia inconsciente con ellos. Se pierde así la riqueza de lo que podrían aportar y los nietos quedan sin abuelos y sin padres, ya que los padres, al ser descalificados, dejan de ser respetados.
* Los abuelos pueden creer que “ya no tienen qué aportar” y se pueden sentir “una carga”. Siempre hay algo para aportar, la crianza y el aprendizaje dura tanto como la vida de cada uno. A cada edad se aprende. Inclusive en la tercera edad, el ser abuelos, es un nuevo aprendizaje.
* Puede suceder que se instale una competencia en la pareja de padres y se transmita a los abuelos ideas o comentarios como: “tal abuelo es más cariñoso” o “tal abuela es menos permisiva”. También puede ocurrir que la competencia entre las parejas de abuelos se traslade a la pareja de padres. En mi experiencia, esto corroe al matrimonio y perjudica la infancia de los hijos. El sostener la rivalidad frecuentemente impide pensar en los seres queridos. No se trata de “no querer pensar”, sino de “no poder pensar”, por motivos que surgen de las historias de vida de cada uno.
* Están aquellos abuelos quienes, sin proponérselo, deben cumplir el rol de padres porque los hijos delegan en ellos y jamás dejarían “abandonados a sus nietos”. Es una sobre exigencia para ellos, pero también puede ser un motivo para seguir viviendo.
Ejercer de manera saludable el rol de abuelos implica:
* Sentirse orgullosos de sus nietos y poder relacionarse bien con ellos, al mismo tiempo que se reparan historias personales pasadas o se disfruta de ver coronado el esfuerzo de toda la vida.
* Cuando se es abuelo no se es un viejo, porque los abuelos están activos en el vínculo, tienen qué transmitir y tienen motivos para disfrutar. El viejo es el que ve el final y no puede valorar aquello que vendrá luego, es decir, lo que ha sembrado. El viejo es el que acentúa los achaques y el sufrimiento del cuerpo y no el renacimiento del juego y el cariño de la infancia.

¡¡Tener a los padres y a los abuelos es lo más grande que hay!!

* Psicóloga, psicoanalista y directora de la Escuela para Padres. Teléfono: (011) 4803-6454. En internet: http://www.escuelaparapadres.net